En torno a 1993, antes de que el mundo sucumbiera a Gundam Wing, mi interés por estas maquetas ya existía. Tuve una de Gundam fighter, serie que por lo demás he tratado de ver sin éxito debido a su insoportable estilo torneo de las artes marciales de la periferia, concretamente el God gundam, nombre discreto si los hay, pero era de las que sólo mueven brazos y piernas hacia adelante y eso es todo.
Con los años y luego de haber perdido muchas cosas (fe en las personas, amores, y también maquetas producto de que vivo en un país sísmico) decidí regresar a esta afición que estaba muy dejada de lado, y quise recuperar algunos de los modelos que tuve. Pero me topé con la sorpresa de que el God gundam renovado, en escala 1/144 que es la mía, no me gustaba. No sé explicar por qué, sólo que no logró interesarme; así que me fui a Build fighters, aquella (paradojas del destino) que también es sobre peleas en torneo, y elegí el Try burning, un modelo que según mi especial criterio es la reencarnación del que tuve muchos años antes. No me arrojen una montaña de runners, es mi opinión personal.
Sobre la maqueta no tengo mucho que decir que no se vea en las fotos: el hecho de que ahora un hg tenga casi esqueleto completo como los rg es bien recibido, las articulaciones son notables y el nivel de construcción me permite evitar la mayoría de los stickers, que son mi gran pero en estas maquetas. El único contra que tiene es que los hombros tienden a salirse al manipular, pero puedo vivir con eso.
¿Y por qué se llama Bekron? Simple, porque mis gunpla tienen nombres propios.
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