domingo, 15 de mayo de 2016

Broken spark capítulo 13: Tecnología obsoleta




Megatron estaba probando sus nuevos aditamentos, momentáneamente olvidado de los detalles de la batalla que se estaba lidiando en ese planeta. Tenía cosas que le resultaban más gratificantes, por el momento. Descubrió que su nueva apariencia de tiranosaurio conservaba la fuerza y poder de origen, pero tenía muchas cosas nuevas: la coraza transmetálica resultaba ligera, y sus sistemas internos indicaban un incremento muy positivo en el balance, la aceleración y el rango de disparo, por lo que estaba en mejores condiciones que antes de tomar bajo su control el  disco dorado y sumergirse en esa enorme fuente de poder, de momento perdida. Además, tenía un tercer modo, en el que podía desplegar poderosos propulsores desde los costados, lo que significaba que su medio de transporte no sólo sería el terrestre; sin una base y con las fuerzas predacons disminuidas, resultaba obvio que ese aumento era necesario, ya  todas luces oportuno.

—Sé que estás cerca, tus patas de araña no son tan silenciosas como para burlar a mi nuevo sistema auditivo.

No se movió, mientras atrás, a cierta distancia, el movimiento continuaba a niveles casi imperceptibles para cualquier especie, la cual en determinado caso habría  caído en la trampa; Tarantula emergió de entre las rocas a poca distancia del lago, luciendo su nueva apariencia transmetálica: resultaba agradable esa mezcla perfecta de fuerza y velocidad, junto a la opción de cambiar a un tercer modo de desplazamiento, lo que abría muchas opciones de cacería. Además, ya había verificado que su resistencia al energon aumentaba en este nuevo estado, lo que en modo robot resultaría satisfactorio.

—Megatron, veo que también has evolucionado.

Ambos se enfrentaron. Megatron no consideraba que alguno de sus seguidores hubiese sobrevivido a lo último, mucho menos Tarantula, que estaba en el centro mismo de la explosión que arrasó con su base, pero tenerlo ahí sería una ayuda para sus propósitos, al menos de momento.

—Lo transmetálico es lo necesario para reformar este mundo —sentenció el líder predacon—, y tú y yo lo llevaremos a la máxima expresión. Ha llegado el momento de someter este mundo a mi poder.
—Como ordenes Megatron ¿Cuál es tu orden?

El líder lo meditó un instante.

— ¿Has tenido señales de los demás?
—Ninguna hasta el momento, señor. Después de la explosión y la subsecuente tormenta, creo que las fuerzas han quedado disminuidas en número. Pero esto que nos ha ocurrido a nosotros también podría haberle sucedido a los maximales.

Las estrategias estaban en juego incluso en esos momentos; Megatron supo que la confianza que podía depositar en Tarantula no sólo era relativa, sino que además peligrosa; pero lo necesitaba, a él y a cuántos pudiera utilizar hasta recuperar los discos dorados.

—El peligro que representan los maximales es relativo, de momento tengo otras prioridades. ¿Puedes escanear los rastros del disco dorado por la energía emanada en mí?

Tarántula pasó a modo robot, y utilizó el lector de su antebrazo para verificar las lecturas, aunque ya desde antes las conocía por las que él mismo detectaba; en el caso de Megatron, eran índices altísimos.

—Ya tengo aislada la lectura del espectro de energía —confirmó mirando al horizonte, donde el cielo nocturno ya se encontraba en calma—. De momento puedo rastrear en distancias pequeñas, pero si se trabaja en un radar, aunque sea rudimentario, podríamos dar con él en sólo algunos clics. Podríamos volver a la base a buscar implementos.
—La base debe estar destruida, sino por causa de la bomba, por efecto de la tormenta, recuerda que se produjo más cerca de nuestro asentamiento que del de ellos. Pero si es por conseguir insumos, la base maximal no sólo nos ayudará, sino que además podremos investigar algunos asuntos que tengo en mente.


2


Optimus enfrentó al visitante que los miraba en calma, sin alterarse, aunque manteniendo cierta distancia con ambos maximales.

— ¿Qué es lo que quieres ahora, Dinobot?

El otro ignoró el tono desafiante, y decidió ir directo a lo que le interesaba.

—He venido ante ti, con humildad.

Optimus no reaccionó de inmediato, porque se quedó de una pieza ante las palabras de Dinobot, pero sobre todo, su actitud. El saurio pasó a modo robot, y dejó sus armas en el suelo, abandonando cualquier acción ofensiva.

— ¿Qué es lo que pretendes?

Dinobot había seguido una ruta mental mucho más larga que la física, para llegar ahí; veía el cambio en el cuerpo del líder maximal, y podía intuirlo en Megatron, pero él mismo vivía una transformación mucho más importante en esos momentos.

—Excusarme de mis actos pasados no cambiará nada de lo que he hecho —dijo con firme determinación—. Decir que Megatron me infectó a mí con el virus para que yo actuara en su nombre sin saberlo, tampoco, pero en mi defensa puedo decir que pude deshacer parte del daño inflingido a tus huestes, no sin costo para ellas, por lo que veo.

Rhinox mantenía un absoluto silencio; estar ciego le había permitido, aun en corto tiempo, descubrir nuevas formas de absorber la información, que iban más allá de evaluar los resultados de análisis de los distintos sistemas enfocados a moverse de la mejor manera posible. Y la voz de un sujeto decía mucho más que sus palabras; se trataba de imperceptibles variaciones en la energía emitida, el tono y la pronunciación misma. De ello se podía deducir mucho.

—Dime adonde quieres llegar.
—Quise conseguir los máximos objetivos —afirmó el saurio, con voz al mismo tiempo nostálgica, pero triste—. Pensaba que consiguiendo los discos dorados conseguiría la gloria y el renombre de cybertron para mí, pero me equivoqué, y en medio de esa errónea ruta causé perjuicios que no puedo compensar. Creí que tanto Megatron como tú eran representantes modernos de historias pasadas de guerra absurda y sin sentido, pero al verte enfrentar al gigante de energía, entendí que él es la representación del caos y la destrucción, no como tú. Tú tienes dentro de ti un ideal más grande que tu propia spark, y esa esencia no ha sido corrompida ni siquiera por tu cambio físico; estoy aquí porque sé que Megatron debe ser detenido, y quiero ofrecer mi ayuda en tu cruzada por detenerlo.

Optimus guardó silencio mientras escuchaba el sincero discurso de Dinobot. Desde su propia experiencia sabía lo que aquel veneno era capaz de hacer, y lo difícil que resultaba, en primer lugar resistirse a sus efectos, y en segundo, separar dentro de la mente la verdad de las instrucciones que el mecanismo de aquel producto generaba. Rhinox se acercó de modo imperceptible y puso a tientas, pero con increíble precisión, una mano en el hombro del líder; le estaba expresando su consentimiento con el sentir expresado por el saurio ¿Acaso su nivel de percepción habría aumentado al perder la capacidad de visión?  Pero por alguna razón, quizás incluso por el riesgo extremo al que estaban sometidos, Optimus también pensaba que Dinobot estaba diciendo la verdad.

—Sabes que es muy difícil creer en tu palabra, después de todo.
—Estoy conciente de ello y no pretendo que creas en mí; sin embargo, en el escenario en que te encuentras, necesitas toda la ayuda posible, y nadie conoce a Megatron como yo. Te ayudaré a encontrarlo, y detenerlo.

Rhinox intervino con calma en la voz; sabía muy bien qué preguntar.

—Viniste aquí con un plan, supongo.
—Más que un plan, sé lo que Megatron va a hacer: ahora que sus fuerzas están mermadas y no tiene el disco dorado en su poder, necesita reponer su armamento.
—Irá de regreso a su nave.
—No —corrigió Dinobot—. Su nave ya fue muy dañada con la explosión, y además de eso, la tormenta que él mismo generó causó daños mayores. Irá al único otro sitio en donde sabe que puede encontrar suministros y armas: tu nave.

Optimus hizo una pausa, desviando la mirada hacia el cielo; las cosas estaban mal, pero ahora de un modo distinto al que esperaba minutos antes.

— ¿Te das cuenta que esto nos deja en la misma situación que antes con respecto a los predacons?
—Lo sé, pero Megatron no comete el mismo error dos veces: esta vez irá a buscar armamento y provisiones, y después irá por los discos, teniendo en la mira a cualquier superviviente para eliminarlo.
— ¿Y tu propuesta es?
—Encontrar los discos antes que él.

Antes que pudiera decir algo más, un disparo por la espalda lo derribó. Rhinox y Optimus se pusieron en guardia ante el misterioso atacante, pero después de unos momentos, quien se dejó ver era alguien a quien el líder maximal no esperaba.

— ¡Rattrap!

El aludido lucía una apariencia transmetálica: había aumentado de tamaño, se veía más robusto y el metal brillante relucía bajo la luz nocturna, lo mismo que el rifle que llevaba en las manos.

—Sí, soy yo, no esperen a alguien más.

Optimus ayudó a levantarse a Dinobot, mientras hacía gestos para el el roedor bajara el arma.

—Baja esa arma Rattrap.
—Oh no, de ninguna manera, ya hemos pasado por esto antes, y ahora voy a matar a ese asqueroso y repugnante saurio antes que pueda hacer algo más en nuestra contra.
— ¡Dije que bajes el arma!

El grito de Optimus atronó en la noche; Rattrap dudó unos momentos, pero al final se rindió ante la potente mirada del líder maximal y bajó el arma.

—Escucha muy bien lo que voy a decir: Estoy contento de que hayas regresado con nosotros, sé que eres un buen guerrero y entiendo que pasaste por un momento difícil luego de lo ocurrido con el veneno, pero no vas a volver a pasar por sobre mi autoridad.

Rattrap no podía quitar los ópticos de Dinobot, quien permanecía quieto, ignorando su presencia, mientras miraba a Primal.

—En cuanto empezó esa tormenta supe que no podía seguir ahí tirado en los restos de la base predacon —dijo en voz baja—, pero no vine aquí para volver a caer en las mismas trampas que nos tienen en estas condiciones.
—Entonce vete.
—Optimus...
—Lo digo en serio, Rhinox —enfatizó el líder—. Tal vez no tengo la experiencia necesaria, y he sido débil e indeciso en el pasado, pero llegado a este punto, tomé la decisión de detener a Megatron, cueste lo que cueste, y nadie se va a interponer en ese camino, ni siquiera ustedes. Eres bienvenido en el grupo y espero tu mejor participación Rattrap, pero si no estás dispuesto a seguir mi plan, te dejaré atrás.

El incómodo silencio que siguió fue bastante extenso; pero al final el roedor accedió.

—Está bien, las cosas se harán como tú digas.
—Dinobot viene con nosotros, nos ayudará en la búsqueda del disco dorado. Tú vas a encargarte de asistir a Rhinox para que podamos movilizarnos con más rapidez. Dinobot ¿Pudiste ver en qué dirección salieron despedidos los discos dorados cuando terminó la tormenta?

El saurio recuperó sus armas, tras lo cual miró hacia el cielo.

—Estaba a suficiente distancia de eso para ver el enfrentamiento, pero el despliegue de rayos era muy fuerte; sin embargo, creo que es en esa dirección, hacia el territorio helado.

Rhinox recordó con pesar el momento en que él y Cheetah se separaron, lo que no sólo traía malos recuerdos por lo que tenía que ver con su amigo ya desaparecido, sino además por el visitante extraño.

—Escuchen, si los discos están en esa dirección, es probable que haya un problema adicional. Al momento de llegar a la base de Megatron, apareció otro robot, un tigre que dio advertencia de destruir a quienes se acercaran a su territorio.
—Es probable que se trate de alguno de los robots procedentes de las vainas que cayeron por todo el planeta —reflexionó Optimus—. Sin el control adecuado, puede haber salido de su interior y trastornarse. ¿Dijo algo más?
—Sí. Dijo que iba a gobernar a toda forma viviente sobre la faz de esta cuerpo celeste.


                                           

Próximo capítulo: Elegir entre enemigos

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