lunes, 8 de febrero de 2016

Broken spark Capítulo 5: Un felino poderoso



Zona nevada

Terrorsaur volaba solo sobre la gran extensión de tierra cubierta de nieve; a mucha distancia parecía no haber nada.

—Este sector es muy desolado —gruñó para sí—, malditos maximales, tenían que proteger sus valiosas vainas arrojándolas en todas direcciones. Ahora que Waspinator sigue desaparecido, lo más probable es que me encarguen todas las misiones de vuelo.

La ausencia de dos de sus camaradas no le preocupaba a nivel personal, pero era una molestia por la carga extra de trabajo que significaba para el resto del grupo ¿de verdad Megatron pensaba que era buena idea atraer a los maximales y convertirlos en sus aliados? De todos modos no tenía nada que hacer para oponerse, Megatron no aceptaba críticas, de modo que estaba obligado a seguir las instrucciones.
Estaba un poco desorientado, de modo que descendió sobre una roca alta y examinó los indicadores en el mapa electrónico que llevaba consigo; estaba ya en el sitio, ¿dónde diablos estaba la vaina? Escarbar en la nieve no haría nada bien a sus articulaciones.

— ¿Qué es eso?

Un destello entre la nieve, a unos cuantos metros de distancia, llamó su atención; se trataba de una especie de luz roja, pero no se asemejaba a los lectores del panel de una vaina. Pasó a modo robot y bajó a pie, hasta que encontró el origen de la luz, entre un nido de rocas.

—Esto es…

Tocó el objeto con la punta del dedo, y de inmediato ocurrió la reacción: una corriente de energía recorrió todo su cuerpo, y como si se tratara de un propulsor, lo arrojó disparado hacia arriba, a toda velocidad. Inundado de la magnífica energía que acababa de encontrar, el predacon apenas pudo controlar la dirección de su vuelo involuntario unos minutos después, cuando ya se encontraba muy arriba en el cielo, casi en la estratósfera.

—Energon puro —dijo lleno de júbilo—, y de un tipo muy extraño, más incluso que el que utilizamos para nutrirnos; con una mínima porción puedo ser el más veloz de todo el planeta, y siendo el único que lo sé, tengo una gran ventaja. La vaina tendrá que esperar.

Necesitaba transportar ese energon a un sitio seguro, antes que pudiera manipularlo con tranquilidad; sintió enormes deseos de absorber una gran cantidad y salir en busca del liderazgo predacon, pero desistió a tiempo: era mejor un triunfo poco espectacular pero sólido, que un intento de victoria inmediato.

—Un momento…

Las vainas stasis resistían enormes cantidades de energon, de ahí que los seres envueltos en ellas estuvieran seguros, pero además tenían propiedades configurativas, las mismas que alimentaban y daban forma al cuerpo luego del escaneo. ¿Y si pudiera cambiar la configuración de la vaina y depositar en ella el energon, para luego dosificarlo? Marcando la ubicación, se convirtió a pteranodon y elevó el vuelo, tenía un nuevo motivo para encontrar ese objeto lo más rápido posible.

2

Rhinox y Cheetah avanzaban a velocidad media, arrastrando aún partes del cuerpo de Scorponok tras ellos; después de que el más grande de ambos revelara su plan, ambos habían seguido el camino muy callados, hablando sólo a ratos. Después de un largo trecho, la nave predacon ya estaba a la vista.

 —Ya sabes el plan.

Cheetah no respondió por unos momentos, pero al cabo, expresó lo que lo inquietaba en esos instantes.

—Escucha ¿estás seguro de que esta es la única manera?
—Sí, lo estoy —respondió el otro con serenidad—, y debes concéntrate en lo que vamos a hacer; recuerda que los cazadores perciben el miedo o la inseguridad. Convéncete de que somos maximales convertidos en predacons, y no pienses en otra cosa.

Para el momento en que llegaron frente a la nave, Megatron y Tarántula ya estaban afuera, mirándolos con satisfacción.

—Megatron, te presentamos nuestros respetos, gran lord predacon.

La araña se acercó al líder para poder hablar sin que los escucharan.

—Traen el cuerpo de Scorponok consigo ¿vienen a hacer un trato, Dinobot falló?
—Tranquilo Tarántula, veremos qué es lo que traman estos visitantes. —y en voz más alta— ¿A qué se debe esta escena frente a mis dominios?

Rhinox se mostraba extrañamente apacible. Cheetah guardó silencio, incapaz de hablar mientras mantenía una expresión decidida en el rostro.

—Los maximales tenían bajo su control a nuestro compañero —explicó el rinoceronte—, Dinobot intentó ponernos a todos a salvo, pero las argucias de esa asquerosa rata maximal y el gorila pudieron más que él.

El discurso sonaba convincente y claro, pero aún no era tan esclarecedor como para tener una idea concreta al respecto.

—Explícate.
—Dinobot nos hizo ver lo equivocados que estábamos —explicó Rhinox—, y después de nosotros debía seguir el procedimiento con Optimus, pero la rata estaba espiando y desató una batalla al interior de la nave; Scorponok estaba malherido, pero en medio del enfrentamiento logró liberarse, sólo para morir a manos del gorila. La fortuna nos salvó porque Dinobot pudo crear una distracción, y nos ordenó que huyéramos antes de ser víctimas de los ingenios mecánicos internos de la base enemiga, que actuaba como un campo minado; activé el mecanismo de campo de energía alrededor de la nave, con lo que los dejé atrapados por unos minutos, que utilizamos para escapar. Por desgracia Scorponok estaba muerto, de modo que trajimos su cuerpo para utilizar sus partes como refacciones, y desde luego a advertir que es probable que vengan en camino a atacar.
— ¿Están heridos?
—Tenemos algunos daños superficiales —concedió Rhinox—, pero nada que deba atenderse con urgencia; sin embargo nuestros niveles de energon son muy bajos después del viaje por tierra.

Megatron  hizo una pausa, analizando cada palabra; luego decidió hacer otra pregunta.

—Dices que Dinobot creó una distracción para que pudieran huir. ¿Lo dejaron abandonado en la base junto a un sistema interno de defensa y dos enemigos?
—Si nos quedábamos, corríamos el riesgo de correr el mismo futuro que Scorponok, y si así fuera, no podríamos contribuir a la causa predacon, ni servirte, mi señor.

—Muy bien —el tiranosaurio ahogó una risa triunfal—, ahora, sólo una cosa más: Transfórmense.

Rhinox se dispuso a montar en ese mismo instante la farsa que le permitiera salir de ese escollo, pero antes que pudiera hacerlo, Terrorsaur apareció volando a duras penas, con notorias heridas en el torso y alas.

—Megatron ¡Estamos bajo ataque!

Con dificultad, e ignorando a los visitantes, se posó sobre a superficie de la nave.

— ¿Qué significa esto, de qué estás hablando?
—Estamos bajo ataque, el transformer salió de la vaina.

Hasta el propio líder predacon se olvidó de los visitantes, ante el mensaje que estaba escuchando.

— ¿Tratas de decir que el invento de Tarántula falló?
—No señor, es peor que eso, el maximal ya había salido. Pero no sé si es maximal, predacon, o algo peor.
— ¿Por qué dices eso?

No fue necesario que el otro respondiera; ante los ojos de todos, apareció un tigre blanco, con los ojos encendidos de rojo, como si fuera a echar fuego por ellos. Después de estudiarlos con altivez, el felino se transformó en robot sin un comando de voz, sólo con un atronador rugido.

— ¿Qué diablos es eso?
—No te descuides —dijo Rhinox mientras susurraba el comando maximal de transformación—, lo único que se me ocurre es que es el transformer de una de las vainas que arrojamos antes de salir.
—No luce como un maximal.

Megatron se transformó en robot para demostrar su imponente tamaño, pero el felino no pareció alterarse por esa demostración de poder; con sus ojos llameantes dio una vista rápida a cada uno de ellos, y luego habló: su voz era madura, ronca y poderosa, pero a la vez atemorizante.

—Veo que no soy el único en la superficie de este extraño planeta. No nos conocemos, pero harán bien en prestar atención a mi mensaje: Soy el nuevo rey de estos parajes, y quien se oponga a mí, caerá.



Próximo capítulo: Desde las alturas

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