miércoles, 2 de diciembre de 2015

La otra matrix Capítulo 17: Una fuerza Incontenible



Cybertron. Superficie sobre ciudad Kalis. Minutos después de iniciado el ataque de Unicron.

El puente de Mando autobot había estado sometido a una gran presión desde el momento en que recibieron las alertas de ataque; uno de los oficiales de comunicaciones en el puente transmitió una información recibida en ese mismo instante al líder del grupo.

—Señor, la información que estamos recibiendo desde las estaciones de comunicación sobre Kalis son confusas, sin embargo, por lo que puedo deducir, hay al menos dos grupos enemigos que se han acercado de manera directa a atacar, y pretenden cortar las comunicaciones disparando a nuestras Torres de control.
—Rayos.
—Señor, hay algo más. Hay un mensaje de audio codificado que nos ha sido enviado, oculto dentro de las transmisiones donde se nos reporta lo ocurrido, pero el mensaje va dirigido a usted.
—Ponlo en el altavoz. Espera —dijo recapacitando—, envia la comunicación a mi consola personal.

Unos instantes después reprodujo el audio, habiéndolo conectado a su interfaz personal, de modo que nadie más podía oírlo.

—Oh no…

Ultramagnus se acercó a él con expresión preocupada, a todas luces lo que le habían transmitido era algo preocupante.

— ¿Qué sucedió?

Sentinel Tau había desaparecido pocos minutos antes del momento en que debería haberse presentado a la reunión con él, y permanecía inubicable aun cuando habían recibido dos alertas: roja por causa del ataque sobre Ciudad Kalis y ámbar a causa de el repentino movimiento de Unicron, y ahora ese audio revelaba algo mucho más importante que las palabras, daba cuenta de una fecha que cambiaba todo con respecto a los acontecimientos que ya había dado por seguros; sin prestar atención de la pregunta de Ultramagnus, Rodimus utilizó el mapa de las cámaras de seguridad, y dentro de este ubicó el punto que necesitaba confirmar con desesperación. Siempre se había tratado de eso, en un solo instante comprendió por qué Unicron había decidido volver a ponerse en movimiento, y por qué a él lo atormentaban aquellas extrañas visiones; corrió hacia una de las salidas.

—Espera Rodimus ¿Adónde vas?

Lo que había visto a través del registro de la cámara de seguridad, es decir a Sentinel Tau disparándole a las cámaras, se ubicaba cronológicamente pocos momentos después que recibieron una alerta de intrusión en los subterráneos, y la conclusión que había sacado de allí estaba taladrando su conciencia. No se trataba de él, al menos no en primer término; en Cybertron, de manera más específica en Ciudad Kalis había algo más que podría resultar de gran utilidad para alguien que ansiara el poder.

—Hay un asunto que tengo que solucionar ahora mismo.
—Debe ser algo grave —dijo el otro—, pero te necesitamos aquí, puedo mandar un equipo.
—No —exclamó el líder, sabiendo que en ese lugar era el único que podía hacer frente a la amenaza—, tengo que ir yo.
—Te acompañaré.

Por sobre todos, Ultramagnus debía mantenerse a salvo, para que pudiera sucederlo si él resultaba demasiado dañado en esa misión.

—Te ordeno que te quedes aquí —exclamó con voz autoritaria—, estás a cargo desde este momento de las operaciones de defensa, encárgate de proteger a todos, haz lo posible por dispersar o detener a los que están atacando en las cercanías de la ciudad, y prepara las defensas y la evacuación de acuerdo a los movimientos de Unicron. Además necesito que envíes a toda la muralla autobot a hacer frente al inminente ataque de Galvatron.

Estaba sucediendo algo de lo que la Ultramagnus no tenía conocimiento, lo advirtió en el tono de voz del líder, pero al mismo tiempo entendió que se trataba de algo en lo que no podía intervenir. La ausencia de Sentinel Tau le dijo que era muy probable que eso y la urgencia de Rodimus que estuvieran conectados.

—Cumpliré tus órdenes al pie de la letra —respondió con firmeza—, no tardes Rodimus.

El líder salió del puente de mando y cambió de inmediato a modo vehículo para poder desplazarse con mayor rapidez; no lo separaba mucha distancia del laboratorio de estudio de la copia de la Matrix, y sin embargo cada segundo de desplazamiento era un momento perdido en una batalla que aún no se desataba por completo.

Después de descender algunos niveles siguió por una de las rutas subterráneas con el fin de poder salvar la distancia entre el puente de mando y Kalis, sin embargo tuvo que detenerse y volver a modo robot cuando algo ocurrió en su interior; se llevó las manos al pecho, presa de una inquietud y un sentimiento de angustia tremendos.

—No, no puede ser el nombre de Primus. Esto no puede estar sucediendo.

Una serie de aterradoras imágenes aparecieron frente a sus ojos, como si se tratara de un vívido recuerdo; la destrucción amenazaba no sólo a Cybertron, sino también a toda la raza de Transformers. Sintió que perdía el control de su propio cuerpo, como si una fuerza invisible comenzara a invadir sus circuitos, y entorpeciera cada uno de sus movimientos.

2

Heavythread había abandonado la revisión de los mapas y radares para abocarse por completo a la manipulación de los escudos deflectores manuales, mientras Underslow continuaba disparando con precisión furiosa a los receptores y antenas emisoras de comunicación en la ciudad.

—Atento, vuela en espiral hacia arriba.

Las instrucciones de Aldren no eran muy concretas, sin embargo habían estado sirviendo para que Chainrack pudiera esquivar los ataques más inesperados.

—El caos está cundiendo entre los Autobots en este lugar —dijo Chainrack sin quitar la vista de los controles de navegación—, y por lo que pudo entender los decepticons han decidido pasar al ataque.

Aldren iba a comentar algo, pero un disparo impactó en la nave, remeciéndola con fuerza.

— ¡Diablos, nos dieron!
—Ya no podemos hacer nada más aquí —exclamó ella con decisión—, Underslow, comienza a destruir drones, Chainrack, intenta alejarte del suelo, vamos a movernos un poco más antes de retirarnos.
—Espera un minuto —dijo Heavythread—. ¿Eso es todo, nos vamos a ir así sin más?
—Sí —replicó Aldren—, por extraño que te suene, nuestra intervención permitió que alguien más hiciera algo que va a ser muy beneficioso para toda la raza.

No había mencionado nada acerca de Soulbreaker.

—La batalla parece estar solo comenzando entre los Autobots y decepticons —reflexionó él en voz alta—. Si tan sólo pudieras ver lo que está sucediendo con Soulbreaker.

3

Spektre y Arciagan se reunieron luego de que ella terminara con la transmisión del mensaje codificado dirigido al líder de los Autobots. A su alrededor, el ataque de los drones, los cazas autobots y los recién llegados decepticons estaba empezando al volverse más violento.

—Ya está hecho —comentó él aparentando tranquilidad.
—Actuamos con toda rapidez —replicó ella—, utilizando este sistema podremos prevenir a los autobots acerca del traidor que hay en sus filas, y al mismo tiempo confundirlos para darle tiempo Galvatron para que cumpla sus objetivos. Lo que sea que se esté tejiendo entre los autobots y esa nave nos sirvió de ayuda, ya que con la confusión que armaron tuvimos el tiempo necesario para intervenir con éxito.

Sucedió un instante en el que ambos estuvieron suspendidos en el aire, mirándose fijo a los ojos, transmitiendo un mensaje sin palabras y que comprendían a la perfección y luego de tanto tiempo juntos. De pronto un disparo impactó en el hombro de ella y la derribó.

— ¡Arciagan! ¡No!

Olvidándose de todo, Spektre voló a toda velocidad hacia abajo, sin perder de vista la huella de humo; sin embargo un disparo certero destruyó el Jetpack y lo hizo precipitarse a tierra sin control. Unos momentos después Arciagan apareció y lo sujetó de un brazo.

— ¿Te encuentras bien?
—Sólo fue una herida superficial —respondió ella—, pero los drones vienen a destruirnos, tenemos que salir de aquí.

Spektre se dedicó a disparar con el brazo que tenía libre, en tanto ella volaba a toda velocidad esquivando con rapidez a los enemigos de ambos grupos que pudieran interponerse. En medio de esa batalla y con un grupo poniendo en práctica una directiva hasta entonces escondida, las posibilidades de escapar se reducían muchísimo, pero estaban obligados a luchar con todo para poder librarse.



4

Aunque sólo tenía en su poder la copia de la matrix desde hace unos pocos momentos, Runflight supo que la asimilación había funcionado de manera correcta, porque por primera vez tuvo una visión concreta con respecto a la matrix original. Salió del laboratorio, caminó unos pasos y supo con total exactitud y precisión en dónde se encontraba Rodimus Prime; supo también que tenía poco tiempo para dirigirse hacia él, y comenzó a descubrir el funcionamiento del dispositivo que había introducido en su pecho.

—Esta energía es algo sumamente especial —dijo hablando consigo mismo—, creo que a partir de ahora puedo empezar a hacer cosas muy interesantes.

Se había establecido un vínculo entre el líder de los autobots y él, puesto que en el interior de ambos se encontraba la misma frecuencia de energía, pero no era tan sencillo como examinar el dispositivo con los sensores y la computadora interna, y sin embargo al mismo tiempo estaba siendo capaz de entenderlo.

—Creo que ya lo sabes…

Por un momento sintió que podía hablar con Rodimus a la distancia, utilizando el dispositivo como un medio de transporte de señales de comunicación, pero un instante después comprobó que se trataba sólo de una percepción; de lo que sí estaba seguro es que el líder de los Autobots estaba empezando a comprender lo que pasaba, y tener esa nueva ventaja comparativa era lo que más lo divertía.
¿Estás bien Rodimus, te sientes en el límite de tus fuerzas? Algo así podría preguntarle para acercarse a él,  podría usar su enorme y nuevo poder para, con un ataque limpio y decisivo, cortarle la cabeza y adueñarse de la matrix original.

5

Rodimus intentó transformarse para poder volver a avanzar, pero descubrió que su sistema de transformación estaba obstruido por algo que no podía identificar. Algo en su interior estaba siendo afectado por un  factor externo ¿sería posible que se tratara en realidad de lo que estaba suponiendo? Recordó cómo desde un principio se sintió seguro y a la vez incompleto en presencia de la copia de la matrix, y se hizo una pregunta crucial: ¿Y si siempre se hubiese tratado de lo mismo, y fue él quien no tuvo la claridad mental para notarlo? Había un motivo por el cual esa copia estaba oculta en ciudad autobot, el mismo motivo que guiara al centinela a legar hasta ahí; estaba tan cerca y a la vez tan lejos, pero no podía simplemente rendirse, las cosas no podían tomar ese curso, y no estaba en juego sólo el bando autobot, sino que muchísimo más.

—No puede ser…

Tuvo una repentina visión de Sentinel Tau, pero su apariencia había cambiado. Y no sólo se trataba de evidente cambio físico, también había en él una luz que emergía desde el interior de su cuerpo, una proyección de un poder inesperado.

—Tengo que detenerlo…

Pero su cuerpo no obedeció la instrucción; hizo un nuevo esfuerzo por moverse, y al hacerlo sintió como si los engranajes de sus articulaciones comenzarán a desprenderse poco a poco.

—No me quedaré aquí…

Se obligó a continuar, llegaría arrastrándose si era necesario, pero no podía dejar que Sentinel Tau hiciera algo tan peligroso como lo que estaba intentando en esos instantes.


6

Subterráneos bajo Kalis, mientras tanto.

Soulbreaker estaba tendido de espaldas sobre el frío suelo metálico, su cuerpo destrozado sin poder obedecer sus instrucciones; creyó escuchar de la computadora interna que el nivel de daño superaba el 87 por ciento, pero de alguna manera había disociado las cifras de lo que estaba sucediendo en realidad. La batalla contra Runflight había sido una mala idea, pero necesaria para que las conexiones que realizó pudieran surtir efecto; no disponía de tiempo para entrar en el laboratorio, burlar o dejar fuera de combate a los guardias y poner a salvo la copia de la matrix, porque Runflight se encontraba demasiado cerca, y con su nueva apariencia de Sentinel Tau, habrían bastado algunas palabras para que todos sus planes se disolvieran por completo. Así, recurrió a lo que mejor sabía hacer, se dedicó a modificar la interfaz de transmisión de energía interna de los mecanismos de los muros, y conectó una serie de terminales a la parte interna de estos, de modo que si eran intervenidos por alguien, no sólo descargaran energía de alta potencia, sino que además estableciera un puente con el individuo; cuando sólo contaba con algunos momentos antes de la llegada del mercenario, alcanzó a modificar la frecuencia de la señal transportadora, para que pudiese alojar en ella el código interno del sistema nervioso del sujeto, lo que se transportaría a las centrales cybertronianas y permitiría que su identidad quedara revelada, pero no tuvo tiempo de poner en marcha el sistema y debió ocultarse.
En un principio tuvo miedo, y se lo reconoció a sí mismo, pero luego se vio invadido por el mismo tipo de determinación que conoció al tener conciencia de todo, y supo que la única forma de dejar al descubierto la trama de Runflight era atacarlo; el disparo al cuerpo fue con el objetivo de contar con tiempo de activar los controles manuales, pero descubrió que para que el mecanismo funcionara debería tener un tiempo de carga superior a lo esperado, y su única opción fue pelear. Había sido golpeado, destrozado y humillado, y el sistema había surtido su efecto, pero en el interior de su ser confirmó, con espanto, que Runflight se había librado de la improvisada prisión eléctrica.
Y lo peor vino después.
Pudo sentir, en su interior, cómo a la distancia, la copia de la matrix era tomada por el mercenario, en un acto que antes podría haber parecido imposible, pero que resultaba lógico de acuerdo a su nueva apariencia y la forma horrible en que la había conseguido. Vio en su mente una sucesión de puntos de vista, vio a Rodimus correr fuera del puente de mando, a Runflight convirtiéndose en una aterradora versión nueva y mejorada de Sentinel Tau, y vio al líder de los autobots cayendo ante un poder que no podía controlar, pero aún luchando, aún vivo. Se dijo entonces que Runflight todavía no descubría la función real de la copia, lo que le otorgaba un poco más de tiempo, incluso en esas circunstancias.

—Esto no… no puede terminar así…

Aún mantenía absurdamente sujeta la vara de metal de la que se había aferrado, y que usara como ineficaz arma, pero no tenía fuerzas ni siquiera para liberarla del agarre de sus dedos; en su interior rogó poder disponer aún de la energía que necesitaba.
Recordaba a la perfección la batalla con el mercenario, los golpes que habían destruido terminales nerviosas válvulas, conexiones y circuitos, reduciendo su cuerpo a un amasijo de metales que no podía controlar o dirigir. Movió la cabeza a un ritmo excepcionalmente lento, y vio partes del fuselaje del torso esparcidas por el suelo, entre los escombros del suelo que su enemigo había atravesado junto con él; el torso estaba completamente arruinado, enseñando las conexiones y el cableado interno, los ocasionales chispazos que evidenciaban que el castigo al que había sido sometido superaba con creces lo que era capaz de soportar.
Pero no se rindió, había visto en su mente, de una forma que no podía explicar, cómo las acciones de Runflight iban a causar un daño mucho mayor de lo que él mismo podía imaginar, y se dijo otra vez que no era el momento, que no podía rendirse ni quedarse quieto esperando a que el sistema se desactivara de manera definitiva.

—Necesito levantarme —suplicó en voz alta—. Necesito ponerme de pie, una vez más.

No sucedió nada. El silencio alrededor era tan enorme como jamás lo imaginó, los pasajes internos del planeta estaba desiertos a esa hora en que Unicron, Galvatron, Runflight y Rodimus enfrentaban el momento decisivo, la hora en que un poder nunca visto surgiera para arrasar con todo.



Próximo capítulo: La frecuencia correcta

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